El fin de semana se ha vivido como un frente de batalla. Para los recién despedidos trabajadores de Luz y Fuerza del Centro escuchar tantas declaraciones contradictorias no ha sido nada sencillo. Por un lado tienen a dos títeres de presidencia prometiendo ventajas si aceptan la liquidación, y por otro, el Frente de Juristas que les prometen justicia siempre y cuando no acepten ese cheque.
En una rueda de prensa, Javier Lozano, secretario de trabajo (uno de los títeres), aseveró que "sería injusto atribuirles a ellos (trabajadores) la ineficiencia que llevó a la toma de decisiones". Sí, eso suena muy congruente y hasta paternalista, pero es un insulto si quiera mencionarlo cuando ha sido el propio gobierno quien ha dejado que esa paraestatal se pudra. Para aquellos no muy familiarizados con el tema de la electricidad, desde hace cuarenta años que se fundó lo que se conocía como Luz y Fuerza del Centro no se habían instalado nuevos equipos. Entonces, se abastecían 5 estados de la república, entre ellos una de las ciudades más pobladas del mundo, con maquinaria deficiente. En su decreto oficial Calderón enunció que esta empresa no era “eficiente ni confiable”. ¡Qué comentario tan pertinente! Con maquinaria de la época de lo sesentas (si las matemáticas no fallan), ¿cómo pretendía el gobierno que esta empresa diera abasto a la demanda de forma “eficiente”? Ni hablar de lo confiable cuando ahora se tienen ejemplos prácticos, y por qué no decirlo, cómicos. Los recién contratados y “perfectamente” entrenados reemplazos de los trabajadores electricistas, entran a las instalaciones de Luz y Fuerza y provocan más accidentes y apagones. Los ex empleados estaban acostumbrados a lidiar con las descomposiciones y problemas que acarrea equipo tan antiguo. Estos hombres tan entrenados (tanto conocimiento en maquinaria nueva no sirvió de nada) no dan crédito de las condiciones en las que trabajaban en Luz y Fuerza. No, no es posible responsabilizar al personal de tener que laborar en condiciones decadentes e inseguras sólo por que los gobiernos decidieron, paulatinamente, dejar morir esta paraestatal.
Si se hace memoria, el presidente comunicó a la ciudadanía que ofrecería ayuda económica a los trabajadores desempleados para que emprendieran sus pequeñas empresas que proveyeran servicios de energía eléctrica. Cuando los secretarios de Economía y de Trabajo, Gerardo Ruiz (aquí está el otro títere) y Javier Lozano especificaron las condiciones de esos “apoyos”, toda esa parafernalia filantrópica de Presidencia se vino abajo. En principio, el trabajador debe aceptar su liquidación, lo cual equivale a renunciar a cualquier acción legal de defensa, para recibir una beca de 5 mil 382 pesos mensuales hasta por tres meses, con la bondadosísima oferta de poderla extender hasta dos meses más si son contratados a través del Servicio Nacional de Empleo (¡qué gobierno tan generoso!). Con este dinero, el liquidado podrá capacitarse en computación, inglés, mecánica, electricidad, etc. Durante esos tres meses, ese hombre no podrá buscar trabajo y, tal vez el gobierno no esté muy bien enterados del monto de inflación y los precios en este país, pero ese dinero no será suficiente para garantizar tres meses de supervivencia y los próximos tantos meses que este sujeto se tardará en encontrar un trabajo. Además, los pinochos ya despejaron a todos de dudas: el hecho de aceptar esta beca no garantiza la reinserción a Comisión Federal de Electricidad. Esta misma empresa ya llegó a un acuerdo con el ejecutivo para emplear algo así como ocho mil trabajadores, la pregunta es, ¿y los otros 36 000? Ahora bien, el gobierno, tan considerado como siempre, ha advertido que esas pequeñas empresas prestadoras de servicios eléctricos pueden verse afectadas por las negativas de CFE a contratarlas. Para contrarrestar lo anterior, también se darán cursos de creación de nuevas micro empresas, para lo cual presidencia pondrá a la venta concesiones o franquicias que van de entre los cien mil y el millón de pesos. Si un trabajador no sabe con qué dinero dará de comer a su familia, no pretenderán que invierta esa cantidad en época de crisis. Los dos secretarios/voceros aconsejaron a la gente que se junte, haga su cochinito, e invierta en changarros propuestos por el gobierno. ¡Semejante estupidez ante una situación económica tan crítica como la del país! Pero eso sí, ya comunicaron que pedirán una partida adicional a Hacienda por mínimo 500 millones más para sostener las becas. Ante lo anterior cabría agregar que sólo 2, 527 trabajadores han aceptado la liquidación, ¿por qué no mejor esperarse a ver en realidad cuánto dinero necesitarán para los apoyos? O tal vez la verdadera pregunta debería ser, ¿en bolsillos de quiénes planean que terminarán esos 500 millones?
El Frente Amplio de Abogados y Juristas en Defensa de la Energía Eléctrica ha salido en defensa de los despedidos. Son más de 25 disposiciones constitucionales las violadas por la presidencia, asegura. La Ley Federal de Trabajo y en sí la Ley Mexicana siempre ha sido benevolente con los trabajadores, pero, ¿qué hacer cuando el propio gobierno ha declarado que la decisión fue “tomada con base en la legalidad”? El muppet Lozano amenazó a aquellos que deseen ampararse e interponer controversias institucionales que los tribunales no permitirán que sus demandas procedan, aunque usen a excelentes abogados. ¿Qué sigue? Se deberá acudir a la cámara de diputados para que ellos aprueben la inconstitucionalidad de la medida. Después, el caso se llevará a la Suprema Corte de Justicia (sí, la que resuelve casos meses después de sucedidos) y ésta decidirá. Pero, se necesita el voto de 165 diputados para que la SCJ revise la demanda. Es triste, pero el porvenir de más de cuarenta mil trabajadores quedará enterrado en papeles.
Sí, Luz y Fuerza del Centro trabajaba con números rojos desde hace varios años. Bien, el gobierno ha argumentado que esta empresa necesitaba más inversión que la UNAM y que era insostenible. Todo ha quedado en manos de CFE pero ésta también requiere inversión para tener la capacidad de generar energía para la región central del país. El presupuesto para el 2010 está siendo verificado por los diputados, sólo esperemos que destinen capital para nueva maquinaria y para creación de empleos, cosa que necesita este país. Varias de las promesas de campaña de Felipe siguen en promesas. Al parecer, Calderón es muchas cosas (entre las pocas), pero el presidente del empleo no.
Se le conviritó en columna al último. Cuidado con aburrir al lector. Creo que después de todo no fija una postura.
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